lunes, 7 de marzo de 2011

RIO CAIRÚ, BAHIA DE CAMAMÚ e ILHEUS (24 diciembre 2010 a 6 enero 2011)


RIO CAIRÚ

Morro Sao Paulo

Tras casi un mes en la Bahía de Todos los Santos, salimos hacia Morro Sao Paulo el 24 de diciembre, navegando todo el día bien con el genaker.




Fondeamos junto al “morro”, nada más entrar en la desembocadura del río Cairú.

Tranquila noche de paz, pero muy diferente a la típica imagen del villancico…




Curral

Nos adentramos un poco en el río, pero poco antes de llegar a Curral, fondeamos en una playa de las de ensueño. Arena blanca, tan fina que “cruje” al andar sobre ella. Aguas claras y transparentes.



Nuestra “comida de Navidad” fue un aperitivazo a la sombra de un cocotero (cosa bastante peligrosa como nos dijeron después: cada coco pesa unos dos quilos y cae cuando madura…). Hace calor, el agua está calentita y nos damos un buen baño.





Cairú

Seguimos río adentro, por una zona no cartografiada, pero que nuestro derrotero describe como navegable para un barco de nuestro calado.




Pasamos junto al pueblo de GALEAO, con una impresionante iglesia en lo alto de una colina.





Seguimos hasta fondear frente a CAIRÚ, ciudad que da nombre al rio (¿o es al revés? no lo sé). Hace calor y apetece bañarse, pero todos los manglares que hay alrededor del rio imprimen un color oscuro al agua y nos lo pensamos…




Por la tarde desembarcamos a tierra, donde nos da la bienvenida un grupo muy simpático de “garotos”. Uno se queda al cuidado del Duendecillo (el dinghy) y otro nos acompaña para contarnos la historia de la ciudad, que es PRECIOSA.




Paseamos por sus calles y visitamos el convento de SAO ANTONIO CASAMENTERO, que tardó más de 100 años en construirse, en los siglos XVII y XVIII, por los ataques de los indígenas. A la vuelta del paseo, nos tomamos en la plaza una cerveza (barata y fresquita) que nos sienta de lujo. Se está muy bien aquí.




Canavieiras

Quique y Marcos se acercaron a la Colonia de Pescadores de Cairú, y allí les hablaron del señor GENÍ, que puede embarcar con nosotros para hacer de “práctico” y llevarnos río adentro hasta su pueblo, Canavieiras. El derrotero no recomendaba hacer este trayecto sin la ayuda de algún guía.




El señor GENÍ nos conduce hasta Canavieiras como si nos llevara a ciegas por un campo de minas, zigzagueando por los bajos y bancos de arena que hay a lo largo de las siete millas que separan Cairú de Canavieiras. A veces el rio tenía mucha anchura, pero sólo se podía navegar pegado a los manglares de la orilla.



Nos gusta muchísimo Canavieiras. Es un pequeño pueblito, de nos más de veinte casas, con el verde de la selva llegando hasta el agua, palmeras, plataneras….



Comimos en una casita flotante, que hace de restaurante y pertenece a TANIA, la hija de Gení.

Hay un precioso arderío en el agua. El río, por la noche, parece un firmamento de pequeñas estrellas que se encienden y apagan, y que suenan como “chispitas”…





GUARAPUÁ

Dejando el rio Cairú, Marcos se subió al palo a pelo e hizo unas bonitas fotos desde arriba.







Tras bordear el Morro Sao Paulo, salimos a mar abierto y nos dirigimos a Guarapuá, una playa redonda, enorme, de arenas blancas y cocoteros, resguardada de la mar por dos arrecifes que hay a cada lado de la entrada.

En Guarapuá encontramos por fin, tras tanta navegación fluvial, aguas claras y transparentes. Nos dimos un baño de lujo.




BAHIA DE CAMAMÚ

Campinho

Es un pequeño pueblo justo a la entrada de la bahía de Camamú. Allí me pasó una ANÉCDOTA curiosa. Quería buscar un sitio que tuviera Internet y me dijeron en el pueblo que en los hotelitos de la playa tenían. Entré a uno desde la playa, ví a unas personas tomando un refresco en la terraza, les pregunté si tenían Internet, me pasaron a un salón con un ordenador, me ofrecieron muy amables una bebida…. Y sólo tras pasar una hora en el ordenador, me dijeron que era una casa particular….


Maraú

Nos adentramos en la bahía, en una travesía preciosa pasando por las paradisíacas islas de TATUS y GERMANA.




Fondeamos frente al pueblo de Maraú, con una fuerte y extraña corriente que hacía que el ancla “llamara” desde popa. El pueblo es bonito, con una enorme cuesta y una iglesia arriba.

Hay un alegre mercado callejero durante el día y musicón por la tarde/noche.


Goio

El día 31 de diciembre deshicimos el camino río abajo hacia el fondeadero de la isla de Goio.






En ese trayecto vimos un "match race" de canoas a vela, una con doble cangreja y otra con doble latina. Iban muy “picados” y fue muy emocionante.




Cuando llegamos a Goio, nos encontramos con una sorprendente ROMERÍA de barcos. Todos ellos iban engalanados y repletos de gente bailando samba con la música a todo volumen. Nos dicen que es la Romería do Bomfin (suponemos que se refiere al fin del año).




Fondeamos en un canal estrecho y seguro, con la corriente cambiando la proa del barco cada seis horas.







Un rato después, vimos gente acercarse a una playita de la isla, y nos acercamos a investigar. Resulta que en la playa hay un MANANTIAL de agua dulce en el que nos damos una increíble ducha.





La verdad es que no hicimos ninguna celebración especial por Nochevieja, pero a la mañana siguiente vino a desearnos una buena entrada de año MARCELO, que navega en el THALASSA II con STELLA, su mujer, y NICO, su hijo de cuatro años. Como en la película de Casablanca, aquél fue el inicio de una gran amistad.




En Goio pasamos varios días, bañándonos en sus aguas cálidas y tranquilas, haciendo excursiones, tomando aperitivos con nuestros vecinos de fondeo, viendo pelis…






Un día nos fuimos en un pequeño pesquero a la preciosa ciudad de CAMAMÚ, dejando a El Duende en Goio porque hay poco fondo para él. Se llega a Camamú por un ramal del rio, haciendo zig-zag porque hay secos y rocas que, según dicen, pusieron los portugueses para evitar la llegada de invasores. La ciudad es muy bonita, aunque nos cayó allí un buen chaparrón…




ILHEUS

Salimos de la bahía de Camamú con una navegación incómoda, ya que en la bocana nos encontramos con una ola alta, corta y confusa que se forma cuando el viento y la marea están encontrados. Dimos luego genaker, pero se soltó la polea a tope de palo y cayó entero al agua. Menos mal que entre los tres pudimos subirlo a cubierta, después de que Marcos se tirara al agua a desenganchar la driza en el timón… todo quedó en un susto sin consecuencias.


Lo mejor de la travesía fue el DORADO, de unos doce kilos, que pescó Marcos. Esa noche nos cenamos las ijadas a la plancha con arroz…






Ilheus es una ciudad bonita, capital del cacao.

Estamos muy bien en boya, a un paseo de la ciudad.

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